Turismo ornitológico

Turismo Ornitológico en Extremadura

Extremadura representa un caso único en Europa, con unas condiciones excepcionales para la práctica del turismo ornitológico, un sector emergente e íntimamente relacionado con el turismo rural y de naturaleza que consiste en observar las distintas especies de aves que se encuentran en determinados territorios. Para el aficionado no importa el lugar, si los resultados han sido los esperados.

El birdwatcher recorre distintas zonas del mundo a la búsqueda de rarezas ornitológicas o simplemente para pasar un tiempo en la contemplación y disfrute de un entorno natural apenas deteriorado como el extremeño.


Condicionantes históricos y sociales, falta de tejido industrial y escasa presión demográfica, han permitido que la comunidad extremeña mantenga una enorme riqueza natural en un territorio íntimamente ligado a un activo sector agrícola. Ello se traduce en bosques mediterráneos prácticamente intactos, dehesas con una enorme variedad de fauna y estepas cerealistas que reúnen un catálogo de aves único. Una situación, que está siendo aprovechada para rentabilizar esta circunstancia con imaginativos planes de desarrollo sostenible entre los que se encuentran convertir a Extremadura en la región europea con mejores y más variadas condiciones para la práctica del birdwatching.


Zonas de Especial Protección de Aves (ZEPA)

El 70% de la superficie del territorio extremeño es idóneo para las aves, del cual un 34% tiene algún tipo de protección. En la actualidad cuenta con 69 Zonas de Especial Protección de Aves (ZEPA) con más de un millón de hectáreas, una de las catalogaciones de protección de la directiva europea Red Natura 2000. Entre las últimas incorporaciones, por primera vez en Europa, se han declarado cascos urbanos completos, Trujillo, como zona ZEPA, o parciales, caso de Almendralejo o Cáceres.

En casos como estos, los espectaculares monumentos y la danza de las primillas se alían en un entorno que despierta la admiración de los visitantes. El turismo ornitológico se ha convertido en una de las actividades que atraen a mayor número de visitantes a los espacios naturales. Para quienes no han vivido aún la experiencia de contemplar las aves en su propio hábitat no saben de ese placer. Asociamos las aves con la libertad como el águila, con la vida como la cigüeña o con la paz como la paloma y lo único que necesitamos para observarlas son unos prismáticos, una guía de campo y paciencia para aprender.

Las aves europeas constituyen un patrimonio común que no conoce fronteras políticas. Grullas suecas o finlandesas recalan en Extremadura los inviernos. Gracias a este tránsito, existen leyes que las protegen, como la Directiva Aves que obliga a todos los estados miembros de la Unión Europea conservar y gestionar las poblaciones de aves silvestres y crear una red de ZEPAs (Zonas
de Especial Protección para las Aves) para proteger las 181 especies de aves consideradas más amenazadas en Europa, sobre todo las aves migratorias.

Extremadura ha declarado ya como Zonas de Espacial Protección (ZEPAS) que suman un total de 1.100.000 hectáreas, idóneas para la práctica del birdwatching.


La información de esta sección ha sido obtenida dela magnífica revista Destino Sur http://revista.destinosur.com/pdf45/extrema.pdf


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